martes, 3 de noviembre de 2009

Crítica musical. Concierto Ciclo Efemérides. Cuarteto Kopelman

Fue algo parecido a estar en una masterclass de música de cámara. Al menos esa fue la sensación vivida ante el magnífico concierto que nos mostró el pasado sábado el Kopelman Quartet. Una velada que dejó patente la maestría y la gran madurez escénica con la que cuenta esta formación.







De sonido prodigiosamente equilibrado, con perfecta sincronía y con una sonoridad especialmente brillante, nos dejaron un excelente ejemplo de un Haydn y un Brahms cien por cien camerísticos. Además, el bis de Shostakovich no solo levantó al público de sus asientos sino que dejó en el aire el deseo de proseguir aún más escuchando a este autor que tan bien conocen.


Presentamos la crítica que salió publicada hoy día 3 de noviembre de 2009 en el diario "Málaga Hoy".


CRÍTICA MUSICAL

EXCELENTE PROPUESTA, GRAN AUDICIÓN

por Fernando Anaya Gámez

Fue uno de los mejores conciertos de música instrumental de lo que llevamos de temporada. Una afirmación que puede presentarse con atisbos de ligereza ante los ojos de los lectores pero que sin duda tiene su clara fundamentación en varios elementos que resaltamos a continuación y que nos ofrecen la visión completa de lo que fue el concierto del cuarteto Kopelman dentro del Ciclo Efemérides de la Fundación Unicaja.

Indudablemente, la Sala María Cristina da el perfil con creces para la más que óptima audición de la música de cámara, y eso ya es un punto a favor en cualquier programación de concierto que en este sentido se realice. Pero si a esta premisa le añadimos buenos intérpretes y buenos instrumentos musicales da muestras a las amplias ovaciones que recibió el cuarteto desde la finalización de las primeras de sus obras.

El concierto se diseñó con una primera parte en dedicatoria al homenajeado Haydn. Masón y con una amplia producción producto de su larga vida, a nuestro compositor austriaco se le ha criticado sin fundamento por su servilismo y sus obras profusas en lo sencillo, tal vez eclipsado por su coetáneo amigo Mozart. Sin embargo, la importancia de definir las grandes formas que presentan la etiqueta del llamado Clasicismo musical le encaminaron a disfrutar de la composición de sus famosos cuartetos, siendo el nº 38 y 63 los seleccionados anoche por el Kopelman Quartet. Impresionó el sonido que logró conseguir el maestro Kopelman con apenas la utilización de la mitad de las cerdas de un arco próximo al mástil en el Allegro inicial de llamado cuarteto La broma. Algo que queda en un segundo plano cuando se establecen perfectas pautas de sincronía y comunicación permanente entre los miembros del conjunto, en el absoluto control del fraseo y las intensidades especialmente en el Largo.

El apodado La alondra manifestó la excelente velocidad de dedos en perfecto tempo, totalmente metronómico en el Vivace, del grupo en sí y del profesor Kopelman en primer plano. Y sumado a la gran expresividad conseguida del cuarteto de Brahms, subrayando en todo momento el discurso sonoro y las distintas articulaciones, da como resultado un apoteósico final con bis de Shostakovich y el público de la sala puesto en pie ovacionando la velada.

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