viernes, 2 de julio de 2010

Crítica musical. La Tempestad

Pese a que algunos sigan viendo los instrumentos originales como anacrónicos o "pseudo-bichos-raros" (si se me pertime esta extravagante conjunción de vocablos), la primera propuesta dentro del marco del VI Festival de Música Antigua de Málaga aterrizó con éxito desde el propio comienzo del discurso musical. Un indicio que se presintió desde la primera conjunción de notas musicales y que se tradujo en brillantez.

Fruto de estas gratas sensaciones, esta es la crítica que se publicó el miércoles 30 de junio de 2010 en el periódico "Málaga Hoy".


Y CON 'LA TEMPESTAD' VIENE LA CALMA DE LO EXITOSO

por Fernando Anaya Gámez

VI Festival de Música Antigua de Málaga. Sala María Cristina. Fecha: 28 de junio de 2010. Programa: Selección de obras de Schmelzer, Cabezón, Castello, Falconiero, Biber y Locke. Intérpretes: La Tempestad. Aforo: tres cuartas partes del total.

Se escuchan las primeras sonoridades del Balleto a 4 Fechtschule de Schmelzer y con éstas el comienzo del VI Festival de Música Antigua de Málaga. Una nueva cita que, un año más y afortunadamente para todos, recorre las virtudes y particularidades de esta parcela musical.

En la velada del lunes en la Sala María Cristina no sólo se congregaron los habituales admiradores (e inclusive los persistentes detractores de la interpretación con instrumentos originales) sino que contamos además con la presencia de los miembros de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA). Cabe recordar que esta formación nace como una de las principales novedades en este festival y en clara apuesta por la formación musical por parte de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM). Circunstancia que hace pensar en lo valioso que es que profesores y alumnos vayan juntos a conciertos. Una escena poco habitual.

La velada musical, por tanto, comenzó con una primera impronta bastante destacable. Y no sólo desde la mencionada primera obra se comprobó el notable equilibrio sonoro aportado -especialmente los violinistas Jiménez y Navarro en la sonata de Castello-, en permanente comunicación entre los miembros del grupo, sino que además se aproximó al destacado interés musicológico del programa con piezas como la conocida Battaglia de Falconiero y la partitura de música incidental de Locke.

Una concertación que contó además con la solvencia interpretativa de Guillermo Peñalver en las distintas flautas empleadas, dejando momentos de brillante ejecución basados en una clara y sólida limpieza de sonido en las obras que, junto a otras breves alusiones, homenajearon a la figura de Antonio de Cabezón en el 500 aniversario de su nacimiento, como explicó certeramente la clavecinista Silvia Márquez.

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