miércoles, 2 de diciembre de 2009

Reflexiones. Criticar por criticar.

Tomarse a la ligera los asuntos de la vida pasan factura tarde o temprano. Por ello, en el mundo de la crítica hay que entrar en los mismos parámetros.

Y es que algo que parece tan fácil, tan común, tan cercano últimamente, realmente se convierte en el ejercicio del "criticar por criticar", o lo que es lo mismo, crítica sin fundamento alguno.
La subjetividad va pareja el término criticar. Lo positivo también puede entrar en este vocablo. Pero ¿a qué vienen las críticas poco recurrentes y que se basan en momentos muchos de ellos descontextualizados? Tal vez forme parte del "criticar por criticar", tal vez se sume al repertorio irreverente, tal vez sea  comulgar con el llamado "deporte nacional", tal vez se trata de partir de los miedos interiores, tal vez una forma de expiar los propios complejos, tal vez la falta de empatía, tal vez por creerse en posesión absoluta de la verdad...

Por tanto, siempre hay que huir de la crítica poco o nada fundamentada, concebirla como un proceso intelectual donde el arte de la escritura debe dejarse ver, autopreguntarte si realmente disfrutaste y recordar lo que dijo Kant:

"Con las piedras que con duro intento los críticos te lanzan, 
bien puedes erigirte un monumento"

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