sábado, 19 de diciembre de 2009

Crítica musical. IX Concierto de Navidad de Unicaja

Las fechas comienzan a ser propicias para las celebraciones navideñas y por tanto llegan los tradicionales conciertos. En este caso, asistimos a la novena edición del Concierto de Navidad de Unicaja que como en anteriores ocasiones se celebró en la Catedral de Málaga. Para el caso, fueron la Camerata de Salzburgo y el Salzburger Bachchor, con su director al frente, junto a la soprano Elisabeth Wimmer y el contratenor Terry Wey en calidad de solistas.


Esta fue la crítica musical que ha salido publicado hoy día 19 de diciembre de 2009 en el diario Málaga Hoy:



INSPIRACIÓN NAVIDEÑA A LA ITALIANA PARA UNA FESTIVIDAD

por Fernando Anaya Gámez

Catedral de Málaga. IX Concierto de Navidad. Fecha: 17 de diciembre de 2009. Programa: Obras de Vivaldi, A. Scarlatti, Manfredini y G. Gabrielli. Intérpretes: Salzburger Bachchor y la Camerata de Salzburgo. Solistas: Elisabeth Wimmer (soprano), Terry Wey (contratenor) y Bernd Lambauer (tenor). Director: Alois Glassner. Aforo: completo.

Con un aforo al completo, e inclusive con numeroso público de pie, se volvió a la cita navideña del tradicional concierto de Unicaja. Nos aproximamos al Vivaldi religioso de la velada comenzando con el Kyrie in due cori a 8 istromenti. Una pieza que ya delimitó la notable intervención de la Camerata de Salzburgo en su vertiente de doble agrupación enfrentada, la correcta dicción y equilibrio vocal de la agrupación Salzburg Bachchor, todos bajo el gesto siempre claro de Glassner en la batuta y conjuntados con los cuatro solistas vocales. Indudablemente, y aunque no se trató de una orquesta con instrumentos originales de la época ni de una concepción más cercana a los planeamientos más exhaustivamente historicistas, en la interpretación sí se atisbaron elementos de esta índole; algo digno de reseñar y que dejaron momentos interesantes como el Concerto grosso op. 3 nº 12 de Manfredini, con la precisa definición entre solistas y ripieno. Por su parte, el coro se mostró más compacto en el Magnificat en sol menor de Gabrielli que lo anteriormente exhibido para llegar a una resuelta partitura final.

En el apartado de los solistas, despuntó la soprano Elisabeth Wimmer tanto en sus intervenciones iniciales como en el conocido Gloria en re menor RV 589 de Vivaldi, manifestando su bella tímbrica y naturalidad interpretativa en momentos como el Domine Deus (con un excelente acompañamiento de oboe solista y bajo continuo) y el Tu solus Dominus. El contratenor Terry Wey, de ajustada potencia en general y más concretamente en los registros bajos, se presentó equilibrado en los números grupales y técnicamente expresivo en sus apariciones solísticas.

Numerosas ovaciones cerraron el concierto e invitaron a la agrupación a realizar dos piezas de regalo, finalizando con el conocido mozartiano (y filomasón) Ave Verum Corpus.

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