Hace unos días, la agencia EFE se hizo eco del descubrimiento de una nueva partitura. Parece algo impensable para un mundo en que muchas veces nos da la sensación que está todo explorado, y más en el mundo de la música culta. Por eso, este tipo de sorpresas deben ser tomadas con más énfasis del propio que podemos tener los investigadores, ya que el renacimiento de una creación musical siempre es y será bien recibido.
Se trata de Patético o el único concierto (de momento) para piano y orquesta que rubricó el genial Enrique Granados. Y su descubrimiento se debe al joven director Melani Mestre.
Para acercanos a la historia de la aparición, extraemos la información que se publicó en el periódico "El País" en su edición de 7 de febrero de 2010.
Encontrado el único concierto
para piano y orquesta de Enrique Granados
El director Melani Mestre, titular de la orquesta de Lviv, ha completado la partitura de 'Patético'
Patético es el nombre que Enrique Granados puso a su primer concierto para piano y orquesta, una obra que dejó inconclusa y que ahora ha sido rescatada por el director de orquesta Melani Mestre (Barcelona, 1976), actual titular de la Orquesta Sinfónica de Lviv (Ucrania). Mestre ha llegado hasta la partitura siguiendo el rastro en París de un borrador con algunos compases que encontró en un mercadillo parisino. El boceto le llevó, en septiembre del año pasado, hasta la Biblioteca de Catalunya, donde se encontraba olvidada entre miles de libros y documentos, la partitura original.
"Encontrarla fue algo alucinante, como entrar en una película de Indiana Jones y encontrar el tesoro perdido", relata Mestre. El manuscrito está firmado por el compositor, que dedica su concierto al músico francés Camille Saint-Saens, amigo suyo. Granados escribió la obra, cuyo segundo movimiento no está terminado, en 1910, año intermedio entre la colaboración del compositor con Saint-Saens y el encargo de Goyescas, que le mantuvo ocupado hasta 1916, año en el que murió en un naufragio.
Mestre se ha dedicado a completar el segundo y añadir un tercer movimiento basándose en piezas del compositor español como la Danza Española número 2, Oriental, y Capricho español. "Un concierto romántico de estas características ha de tener tres movimientos", justifica el director, que se ha apoyado también en la voluntad de Granados de escribir una obra larga.
Este concierto "escapa a todo lo que habíamos conocido hasta hoy de Granados", dice Mestre, que añade: "No hay repertorio español de esta época para piano y orquesta". En su opinión, Granados utiliza en esta obra un lenguaje musical "completamente centroeuropeo", con influencias de Saint-Saens, Schumann, Liszt o Chopin, distinto a la producción típica de los compositores españoles de finales del XIX y principios del XX, basada en temas populares, obras de corta duración y "piezas más de salón".
El hallazgo de la partitura supone, para este director, un testimonio de que muchas teorías que se han escrito sobre Granados no son correctas, como que no sabía orquestar o que no conocía suficientemente los instrumentos. "Él tenía mucha intención de escribir para orquesta y dominaba este lenguaje muy bien", añade.
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