jueves, 4 de febrero de 2010

Crítica musical. Ciclo Voces. Carlos Mena y Lux Orphei

Con retraso en el esbozar brevemente el buen concierto vivido este fin de semana pasado en la Sala María Cristina, pero en el deseo de que quede constancia de tal jornada musical, incluyo esta reseña de la crítica musical referente a Carlos Mena junto a Xisco Aguiló con el violone y Carlos García Bernalt al clave.

Un concierto sabiamente hilado y que derivó en ovaciones amplias al término de la propia primera parte, dando noticia en esta crítica publicada el día 2 de febrero de 2010 en el periódico "Málaga Hoy".

 CRÍTICA MUSICAL

UN INSTANTE PARA DETENER EL TIEMPO

por Fernando Anaya Gámez

Ciclo Voces. Sala María Cristina. Fecha: 30 de enero de 2010. Programa: Selección de obras de Ferrari, Storace, Sances, Monteverdi, Cesti, Bononcini y Händel, entre otros. Intérpretes: Carlos Mena (contratenor), Xisco Aguiló (violone) y Carlos García Bernalt (clave). Aforo: medio.

Decía el poeta checo Jaroslav Seifert que “recordar es la única manera de detener el tiempo”. Pero me tomo la licencia de añadir que si ese recuerdo se torna en música cautivante para los sentidos, la placentera sensación del tiempo detenido planeó por el concierto del pasado sábado dentro de una nueva entrega del Ciclo Voces de la Fundación Unicaja.

Uno de los protagonistas y principal artífice de esa primavera eterna, como diría Neruda, fue Carlos Mena. Y es que el contratenor de Vitoria-Gasteiz, del cual tuvimos noticias reciente a su paso por El Mesías del programa navideño malacitano, se mostró ampliamente colosal en una extraordinaria primera parte. Siempre me gustó de él ese dominio de la versatilidad de su voz junto a su impecable técnica y dicción, y en esta velada lo confirmó con creces. Entre las dos chaconas de apertura y cierre, de enfatizaciones certeras (marcando las disonancias naturales de la pieza), el prodigio se presentó en dos claros momentos: la Cantata spirituale ‘Queste pungenti spine’ de Ferrari, de exquisito fraseo y elegante musicalidad que nos transportó a esa idea inicial del artículo, y Pianto della Madonna del Stabat Mater de Sances, donde Mena desplegó toda su expresividad en el engarce de los adornos y con su siempre eficiente control aéreo.

Sus explicaciones al inteligente programa diseñado también formaron parte de las numerosas ovaciones que cosechó al término de la primera parte; e igualmente, presentaron una segunda ampliamente resuelta. Un viaje entre el ostinato y el aria da capo, como el propio solista nos indicó y que ejemplificó con el brillante planteamiento de la Cantata ‘Lasciami un sol momento’, especialmente en la resolutiva aria final.

Händel y el bis de Purcell tampoco quedaron atrás, como tampoco el excelente apoyo ofrecido por Xisco Aguiló al violone y Carlos García Bernalt en su dualidad de clave y órgano. Tantos sus interpretaciones solísticas como el gran sonido de calidad en el bajo continuo ayudaron a realzar la que ha sido la primera cita importante con la música antigua del año.

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