Con algunos días de retraso en su exposición, traemos a este medio la crítica que se publicó el lunes 17 de mayo de 2010 en el periódico "Málaga Hoy" sobre el recital de piano de Alberto Nosè. Una velada musical enmarcada en el exitoso Ciclo Efemérides de la Fundación Unicaja y que se reflejó de la siguiente forma:
CRÍTICA MUSICAL
RESOLUTIVO DISCURSO DE CHOPIN
por Fernando Anaya Gámez
Ciclo Efemérides. Sala María Cristina. Fecha: 15 de mayo de 2010. Programa: Monográfico Chopin. Intérprete: Alberto Nosè (piano). Aforo: tres cuartas partes.
Chopin sigue siendo objeto de homenaje en su natalicio a través de las veladas musicales proyectadas por la Fundación Unicaja. Un ciclo de conciertos que se están convirtiendo en el referente de calidad de la oferta malacitana y que anoche se ofreció en formato de recital de piano en las manos del italiano Alberto Nosè.
Haciendo honor a su voluntaria decisión de acogerse como artista Steinway & Son fue lógico que escogiese la sonoridad del mismo para presentar su recorrido por las piezas seleccionadas del inmortal compositor polaco. Un viaje que comenzó durante la primera parte en clave de Nocturnos, ambos en do menor y con op. 48 nº 1 y op. póstumo, respectivamente. Su aproximación a estas páginas íntimas fue resuelta con la espléndida técnica que el concertista dispone ante el teclado, siempre en un tempo muy bien definido. Sin embargo, estos primeros momentos no acabaron de ser concretos tanto en el necesario rubato, en que se atisbó apresuramientos, como en el sonido algo artificioso de un abuso de pedal en los pasajes de mayor volumen. Pese a todo, su traducción de memoria le hace conocedor de los entresijos del alma pianística de Chopin, la cual que quedó mucho más patente en el resto de obras seleccionadas. Por ello, fue en la Sonata nº 2 en si bemol menor, op. 35 donde el discurso empezó a entrar en profundidades más relevantes, mostrando como portentoso ejemplo de absoluta emoción la famosa Marcha fúnebre.
La segunda parte, tras un cambio de programa de lo anunciado en un primer término de inicio de este ciclo, cobró preeminencia con los 24 Preludios, op. 28 en clara alusión al pasaje biográfico en el que el compositor polaco se vinculó con tierras españolas (su estancia en Mallorca). Un conjunto que Nosè, en permanente continuidad, ofreció de modo notable realizando una lucida narración por la gran divergencia que supone la brevedad de sus números. Una suma de factores que, a pesar de algunos elementos sonoros propiciatorios de molestias por parte del algún miembro del público, marcaron el éxito generalizado de los tempi más lentos —véase el caso de los números 2, 6 y 13— junto otros de imponente sensibilidad —como fueron los números 16 y 22—, y los que denotaron mayor relevancia —los números 15 y 24— junto a tres generosas y brillantes piezas de regalo.
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